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efe, londres
La joven deslumbró a su llegada a la abadía acompañada de su padre, Michael. La novia, que llegó al templo en un Rolls Royce granate procedente del hotel donde pasó su última noche de soltera, estaba radiante con un vestido color marfil con cuello de encaje diseñado por Sarah Burton, de la firma Alexander McQueen, con una cola de 2,70 metros y un velo de tul ceñido por una diadema de Cartier de 1936, cedida para la ocasión por la reina Isabel II.
Tras ser recibida por el deán de Westminster, John Hall, la novia avanzó por la alfombra roja hasta el altar del brazo de su padre y seguida de su hermana Philippa, su principal dama de honor, que le sujetaba la cola del vestido, y de los pequeños pajes.
Con los invitados puestos en pie y mientras sonaba el himno I was glad, Kate, a quien ahora se llama Catalina, caminó sonriente hasta el altar, donde la esperaban el príncipe Guillermo y su hermano Enrique, su padrino de boda.
Según se pudo apreciar, al verla a su lado, Guillermo le susurró: "Estás preciosa".
Ambos se unieron después a la congregación para cantar otro himno, tras lo cual empezó el servicio religioso.
La abadía cuenta con un decorado espectacular, ya que se han instalado cuatro toneladas de follaje, incluidos ocho grandes árboles, para crear el efecto de que tanto los invitados como los novios caminan a través de una frondosa "avenida natural".
Una vez casados, la pareja hará el recorrido desde la abadía hasta el Palacio de Buckingham en la carroza al descubierto State Landau, a pesar de la amenaza de lluvia. El State Landau es una carroza tirada por cuatro caballos, que va acompañada por dos jinetes y dos hombres de a pie, que fue construida para el rey Eduardo VII en 1902, pero, en caso de fuertes lluvias, se podía optar por Glass Coach, una carroza cerrada construida en 1881 para el alcalde del centro financiero de Londres, pero que en 1911 pasó a ser utilizada por la Familia Real.
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